Muchos de los beneficios de la kombucha, como por ejemplo la cantidad y diversidad de antioxidantes, dependen directamente de la calidad de los tés empleados. Esto a su vez se se manifiesta en el sabor resultante. Por esta razón, infusionamos solamente tés en hoja de alta calidad.
Actualmente estamos utilizando una combinación de té negro de Sri Lanka y té verde de China.
La puedes tomar a la hora que quieras, y no es necesario tomarla en una dosis específica, aunque se recomienda comenzar con no más de dos vasos al día para observar cómo responde tu propio organismo.
Aquí en casa a los adultos nos gusta especialmente tomarla en ayunas, pero nuestro hijo prefiere tomarla por las tardes.
La kombucha elaborada exclusivamente a base de té azucarado fermentado, cuando está bien hecha ¡es muy rica! Pero también son muy interesantes las posibilidades que se abren al saborizar la kombucha mediante un proceso de segunda fermentación, en presencia de nuevos ingredientes.
Algunos de los sabores que más nos gustan en la kombucha son: naranja, jengibre, jamaica, manzana, tamarindo y zarzaparrilla. ¡Las posibilidades son ilimitadas!